EL CAPITALISMO, EL FASCISMO, EL RACISMO…EL EJIDO

VOLVER A COMUNICADOS
    La integración del Estado Español a la Unión Europea parece algo más que un hecho. Los días pasan y el sometimiento a Maastricht y a sus directrices es cada vez más evidente. Desde las altas esferas comunitarias no podrán acusar al Ejecutivo del Partido Popular de no cumplir los mínimos requeridos: recortes en la producción, paro, empleo precario, recorte de la sanidad pública y las pensiones, racismo... Estas situaciones, consecuencia directa del sistema capitalista, tienen especial repercusión en la vida de aquell@s que no somos grandes empresari@s, ni contamos con gigantescas cuentas bancarias.  El excesivo desarrollo de estas lacras se está convirtiendo en algo demasiado peligroso, pues al margen de lo que suponen, se están haciendo tan habituales que ya ni sorprenden. Excepto en ocasiones especiales en las que se sobrepasan los límites de la cordura.

    Una de las más claras expresiones de lo que supone la perdida de la consciencia, y también de la conciencia lo tuvimos a finales de febrero en El Ejido. Allí, se pudo ver uno de los pasajes más oscuros de lo que se ha venido a llamar nuestra joven democracia. Vecinos de esta localidad decidieron "arreglar" por su cuenta sus diferencias con los inmigrantes de la zona, aquell@s a los que malpagan y explotan para hacer rentables sus cultivos. Palizas, linchamientos, asaltos, en definitiva ataques de todo tipo contra lo que no oliese a español. Las hazañas de estos nuevos cruzados españoles contó con la inestimable colaboración de las autoridades locales (Alcaldía en manos del Partido Popular), la complicidad policial y el apoyo de decenas de elementos de la extrema derecha organizada del capital.

    La mejor muestra del patrocinio estatal se pudo ver en la actuación de las Fuerzas del Orden. Durante las noches de máxima actividad de los autóctonos de la zona, se pudo ver una inusitada pasividad policial. Coches ardiendo cruzados en la carretera, locales de inmigrantes saqueados, agresiones... cometidos por invisibles, puesto que nadie supo quién lo hizo, ni lo quiso saber. Con el paso de las horas, la presión social hizo que se iniciasen las detenciones. Los primeros en caer fueron los agresores del Subdelegado del Gobierno y más tarde, para disipar las dudas de con quien estaban nuestros guardianes, se detuvo a inmigrantes que se defendían o protestaban por la situación.

    Tampoco conviene obviar a los líderes del movimiento. Empezando por el Alcalde y terminando por la propaganda incendiaria de los grupos fascistas, los habitantes de la zona contaron con respaldo y apoyo espiritual y logístico (armas y coordinación) que guió sus pasos. Los políticos de turno aprovecharon la ocasión para dejar ver que la recién aprobada Ley de Extranjería era insuficiente y que l@s pobres que llegan a su España son peligros@s una vez que no se dejan explotar y que reclaman una convivencia digna. Los otros, aquell@s que creen que el problema viene por el color de la piel, se crecieron ante otra nueva ocasión de echar a los árabes de la Península 500 años después, lo que les incitó a bajarse a Almería a recuperar el estúpido espíritu del Cid Campeador.

    Realmente, y como decían los vecinos más exaltados, El Ejido colmó el vaso. Ya es hora de que esto no vuelva a suceder. Es nuestra labor y la de tod@s combatir este tipo de brotes racistas amparados en el fascismo que conlleva el capitalismo. Almería no fue más que la continuación de Terrasa, un anticipo de la victoria de Haider en Austria, la base que dio pie al ataque a los rumanos de Canillejas y una muestra más de la xenofobia intrínseca que envuelve a instituciones públicas como el estado o la policía. Ha quedado claro que l@ peor racista puede estar a nuestro lado y si no hacemos nada por remediarlo, pronto nuestros barrios se alzarán en lucha contra la primera infracción cometida por un inmigrante. Contra el racismo, cultura; contra el fascismo, acción directa.
 


COORDINADORA ANTIFASCISTA DE MADRIZ

inicio de texto